
El pasado 26 de mayo, el nombre de José
Briceño aparecía por vez primera en el lineup de un equipo de Grandes
Ligas como receptor titular y noveno bate. Seis días antes, los
Angelinos de los Ángeles colocaron al receptor René Rivera en lista de
incapacidad y llamaron al criollo desde el equipo grande. Fue justo en el segundo
juego de los serafines versus Yankees, en una serie de tres en casa de los
neoyorquinos, donde el baruteño logró cristalizar su sueño en el mejor béisbol
del mundo tras un periplo de ocho años en el sistema de ligas menores.
"El día del debut me puse un poco nervioso,
aunque días antes ya me habían informado la fecha de mi estreno y eso me dio
chance para prepararme un poco mejor. Al conocer la noticia inmediatamente
llamé a mi esposa y luego a toda mi familia, todos se pusieron muy contentos", afirmó Briceño.
"Estaba muy seguro de lo que haría, pero en
el primer turno busqué hacer swing rápido (confiesa entre risas) y terminé ponchandome. Ya en las siguientes oportunidades iba con un plan y me fue mejor", indicó el receptor de 25 años quien a su vez mostró su asombro por el ambiente que rodea a la
gran carpa, "cuando entré a Yankee Stadium, sentí algo inexplicable, me dije: ¡Wow!
jugaré aquí y en contra del que era mi equipo favorito desde pequeño. Por más
que pienses e imagines como es Grandes Ligas, ni la más mínima idea se acerca a
lo que representa estar aquí".
Nombres rutilantes plenan el roster del equipo de Los Ángeles: Albert Pujols, Mike Trout, Shohei Ohtani, más la experiencia de otros
como Martín Maldonado y el venezolano Luis Valbuena, no dejaron de causar
impacto en el nuevo grandeliga criollo, "Imagínate lo que es jugar dentro de
ese lineup... Cuando veía los nombres desde el primer al octavo bate yo decía
¡Wow!, voy a jugar con tantos peloteros buenos, fue una bendición, una alegría
única", indicó el caraqueño.
Así mismo, Briceño reconoce la ayuda brindada por sus
compañeros de equipo desde el primer momento que se colocó los aperos: "en
los primeros innings estaba haciendo un pequeño error y al llegar al dugout el
primero que me recibió fue Martín "Machete" Maldonado, me dijo que
hiciera un ajuste, y le estoy muy agradecido porque estuvo pendiente de mi
dándome consejos al igual que el paisano Luis Valbuena. El manager Scioscia
también me felicitó luego de mi primer juego y estuvo atento en refrescarme las
señales".
Pero en medio del torbellino de emociones propias de
hacer el grado en el béisbol y tener la dicha de contar en ese día anhelado con
la presencia de su esposa, su mamá y su tío Christian, Briceño reconoce
momentos especiales de esa inolvidable jornada en su carrera: "Antes
del juego me vino a la mente mi abuelito, de hecho llevo en mi mascota su apodo "Concho" y la fecha en que
nació. Por otra parte, desde que estaba en Triple A usaba una muñequera con la
bandera de Venezuela, esa siempre la llevo conmigo y la usé el el juego. Ese es
uno de mis mayores orgullos, ser venezolano".
El criollo batea para average de .333, producto de cuatro
hits en doce turnos al bate, dos jonrones, tres carreras anotadas y tres
impulsadas, en cuatro compromisos.